A unos cuantos días de cumplirse 25 años del asesinato de Paco Stanley, las plataformas de streaming Vix (Televisa) y Prime Video (Amazon) lanzaron sus seriales rememorando tal suceso. Particularmente la serie de Vix: “El Show, Crónica de un Asesinato”, es una narrativa periodística en estilo documental; en tanto que la serie de Prime Video: “¿Quién Lo Mató?”, es una narrativa de estilo bioserie y mockumentary. Ambas producciones no solamente han rivalizado por ganarse la preferencia del público, sino por la credibilidad de su respectiva historia.
A los críticos de la TV les ha gustado más la serie de Vix, porque a su parecer la narrativa del desafortunado evento depende directamente de las opiniones e impresiones de quienes atestiguaron o se involucraron en el hecho, tales como los empresarios: Emilio Azcárraga y Ricardo Salinas Pliego, los políticos: Cuauhtémoc Cárdenas y Lilly Téllez, los periodistas: Lalo Salazar y Jorge Garralda, entro otros más, sin embargo, a la audiencia le ha gustado tanto la serie de Prime Video que en apenas 15 días la convirtieron en la serie más vista de todos los tiempos. Aunque el contenido de “¿Quién Lo Mató?” se tipifica como un relato ficticio, obviamente tiene todos los elementos sustanciales de un thriller: la tensión psicológica, los personajes, el ambiente y la musicalización que permiten atrapar la atención de cualquier espectador, incluso de quienes desconocían la existencia del afamado conductor de televisión. Al final de este posteo, me permito compartir la playlist de las canciones que fueron seleccionadas por los productores para marcar los momentos mas significativos en la línea de tiempo de la vida de cada personaje involucrado en el suceso.
En ambas series es posible entrever que el asesinato ocurrido el 7 de junio de 1999 representó un momento de impacto emocional y reflexión para la sociedad mexicana, estableciendo un antes y un después, porque tal evento fue la inesperada arista en donde convergieron los siguientes tres planos sobre los qué transcurría cada vez más la realidad ciudadana, condicionando la tranquilidad y expectativa de los mexicanos.
Primero. El clima de violencia e inseguridad existente desde la última década del Siglo XX, alimentado por el auge del narcotráfico, que convirtió a México en el principal corredor para el tráfico de drogas hacia los Estados Unidos, lo que propició la multiplicación de poderosos cárteles y de brazos armados enfrentados en una feroz batalla para dominar áreas y territorios del país.
Segundo. La corrupción y la complicidad de las fuerzas de seguridad y de otras instituciones del gobierno debido a la omisión o conveniencia de sus titulares, erosionó la confianza pública porque permitió que los cárteles operaran con relativa impunidad en las áreas conquistadas, llevando sus operaciones hasta otros ámbitos delincuenciales, tales como: los robos, las extorsiones, los secuestros y las venganzas, de tal manera que la tasa de delitos violentos se elevó, y desde aquellos años entre la población aumentó sensiblemente la percepción de inseguridad.
Tercero. Los medios de comunicación -principalmente la TV- ayudaron a visibilizar el problema, sin embargo, su cobertura mediática de la violencia y la inseguridad fue planeada como un espectáculo de sensacionalismo y de terror, un contenido mediático para entretener infundiendo entre la audiencia un sentimiento de miedo e incertidumbre, y con ello, alimentando una opinión pública de pesadumbre.
La cobertura oportuna, extensiva y muy sensacionalista de la muerte de Stanley fue el hecho que desde entonces concedió a los medios un papel decisivo para resaltar la creciente violencia dentro de su "espectáculo informativo", así como la vulnerabilidad de la ciudadanía y cuestionar las políticas, acertadas o fallidas, que los gobiernos de todos los niveles han tratado de implementar en aras de la estabilidad social.
Dado que la investigación del asesinato estuvo rodeada de controversias y sospechas, incluyendo teorías de conspiración asociadas al narcotráfico y los intereses políticos, los medios también se tomaron la atribución de gestionar a su arbitrio las ideas, las críticas y las sugestiones, a menudo enfocadas contra las autoridades y las formas de gobierno, olvidándose de mantener una postura objetiva e imparcial, por el contrario, esto les sirvió para aprender a difundir su información sesgada sirviendo a intereses particulares y/o agendas políticas, así como contribuir a la polarización social al presentar de forma selectiva sus notas, convirtiéndose en actores con agendas ocultas que en cada oportunidad socavan la credibilidad en los hechos reales.
Finalmente, las historias de las series divulgadas en las plataformas señaladas solamente representan alguna versión emanada de ciertas interpretaciones y perspectivas útiles para establecer un recordatorio de la vulnerabilidad de las figuras públicas, pero especialmente de la ciudadanía, en un entorno de creciente violencia cuya lineá de tiempo lamentablemente aún no se agota.
M.M. Perseo Rosales Reyes
Playlist: Las canciones de la serie ¿Quién Lo Mató?
Click en la imagen para escuchar la música de la serie